El proyecto Biomasa-AP estudia el aprovechamiento de restos de la vid, matorral y kiwi para la producción de pellets y su posterior uso como biocombustible para usos térmicos. Se trata de uno de los objetivos del proyecto transfronterizo que desarrollan centros de I+D de Galicia y del norte de Portugal.
El análisis de los primeros resultados de esta investigación refleja que “de momento la vid ha dado resultados prometedores” para la producción de biomasa, y todavía se están estudiando las posibilidades del tojo (arbusto), tal y como destaca la investigadora de la Universidade de Vigo Araceli Regueiro, en declaraciones a Europa Press. Sin embargo, el kiwi “está dando muchos problemas”, aunque el equipo técnico seguirá trabajando con distintas composiciones.
La Universidade de Vigo trata de determinar cómo funciona este tipo de biocombustible y lo ha puesto a prueba en un quemador experimental
En el marco del proyecto Biomasa-AP, la Universidade de Vigo trata de determinar cómo funciona este tipo de biocombustible y ha puesto a prueba los pellets procedentes de restos de la vid, matorral y kiwi en un quemador experimental. Después probará estos pellets en calderas convencionales y realizará una comparativa con productos que ya están siendo comercializados.
Entre los parámetros que conviene examinar para determinar la eficiencia del biocombustible encontramos la suciedad que este tipo de biomasa deposita en los tubos o la formación de escorias en el fondo de las calderas, aspectos definitivos en la producción de calor. También evalúan otras variables como las emisiones a la atmósfera de partículas.
Tal y como explica Duarte Alves, investigador del Instituto Politécnico de Viana do Castelo, el gran desafío del proyecto Biomasa-AP será “crear condiciones para que cada vez se utilice más biomasa”, y que se entienda como un combustible “con sus propias particularidades”, como que “genera cenizas o que requiere de un mayor espacio para su almacenamiento”. En el video de presentación del proyecto, Alves incide en que “será necesario recoger toda esa biomasa de diferentes procedencias como la vid, el matorral, el kiwi” para su análisis. Alves se muestra convencido de que “todos esos desafíos son los que nos llevarán a buscar nuevas soluciones para la utilización masiva de la biomasa, como ya se ha hecho en otros países” de Europa central o del norte de Europa, concluye. En definitiva se trata de un recurso abundante en ese territorio, cuya recogida reduce el riesgo de incendios forestales.
En la Eurorregión existen un millón de hectáreas de superficie con masas de matorrales sin arbolado, el 53% en Galicia y el 47% en el norte de Portugal
Con la primera fase del proyecto ya finalizada, la de selección y recogida de las biomasas, el análisis ha concluido que en la Eurorregión existen aproximadamente un millón de hectáreas de superficie con masas de matorrales sin arbolado, el 53% de la superficie en Galicia, y el 47% restante se situaría en el norte de Portugal. Dentro de las áreas con mayor concentración de matorrales están las provincias de Ourense y Lugo en Galicia, y Alto Tras-os-Montes y Douro en el norte de Portugal.
Y el proyecto Biomasa-AP ha calculado que “la posibilidad anual de aprovechamiento de masas de matorrales en la región Galicia-Norte de Portugal podría llegar a alcanzar 1,5 millones de toneladas de biomasa en estado verde, que equivaldría energéticamente a más de 341.000 TEP (tonelada equivalente de petróleo)”.
Con una financiación de más de dos millones de euros y nueve socios (cuatro portugueses y cinco gallegos), el proyecto Biomasa-AP será una de las iniciativas que se aborde el Encuentro de la Red Transfonteriza, que coordina la Fundación Empresa-Universidad Gallega (FEUGA), y que se celebrará mañana martes 23 de abril en Santiago de Compostela.
La jornada contará con la presencia de responsables de empresas y profesionales de la biomasa, a los que busca poner en contacto para favorecer intercambios, tanto a nivel de investigación como de negocio.
Fuente: www.energynews.es